El agua: Es el prinicpal modelador del relieve, desgasta su superficie de manera diferente según la forma en la que entra en contacto con ella. Puede ser de:
- Lluvia: arrancando y transportando pequeños fragmentos de roca y vegetación al caer.
- Ríos: donde según el curso de este la erosión varía. En el curso alto con gran pendiente puede provocar hondos y estrechos desfiladeros, y en el curso bajo suele dar lugar a amplios valles o terrazas fluviales, deltas y meandros.
- El mar: (olas y corrientes marinas) actúan sobre el litoral desgastando (abrasión) las rozas salientes creando golfos, cabos o playas.
- Aguas subterráneas: dan lugar a paisajes muy pecualiares en forma de cuevas, galerías subterráneas, estalactitas y estalagmitas.
- El hielo en forma de glaciares: desgasta el terreno dando lugar a superficies lisas y sin vegetación.
El viento. A través de las partículas que transporta en suspensión arrancadas de las rocas, desgasta el terreno. El viento constante forma estructuras como las dunas y otras formaciones del relieve.
Vegetación. Ejerce un papel fundamental en la formación del relieve debido al aporte de materia orgánica. Por una parte protege de la erosión, por otra, las raíces de las plantas y árboles pueden partir rocas o evitar desprendimientos en las laderas de las montañas.
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